INFANTOJUVENIL:
La intervención infantojuvenil persigue a grandes rasgos dos objetivos:
La primera entrevista se realiza exclusivamente con los padres para analizar sus preocupaciones y determinar la necesidad de intervenir sobre el niño. Durante la primera consulta se pregunta a los padres acerca del comportamiento del niño para que el psicólogo pueda recabar información e ir formándose una idea de la problemática del niño y su familia. Los padres constituyen la principal fuente de información y por ello es muy importante su participación activa en el proceso.
Posteriormente se realiza una entrevista con el niño y si se encuentra necesario o nunca se ha realizado una valoración psicológica, se realiza una evaluación del niño para detectar los límites de la problemática presente y establecer un plan de tratamiento. Este proceso puede llevar varias sesiones ya que las evaluaciones conlleva la aplicación de diversas pruebas que por una parte requieren de un determinado tiempo y por otra hay que tener precaución en no aplicarlas de forma masiva para que los resultados no sean alterados por cansancio o fatiga.
Una vez realizada la intervención y establecido el plan de tratamiento, se comienza con el mismo. Cada niño es un mundo y en cada caso se plantearan unos objetivos y un plan de tratamiento adaptado a las características del niño y su familia. Dentro del plan de intervención se alternarán las consultas con el niño y sus padres ya que el trabajo con los últimos se considera fundamental en la clínica infantojuvenil. Por una parte como se ha dicho son la mayor fuente de información de las conductas de sus hijos y por otra porque es importante que se involucren de forma activa en el proceso para aprender determinados recursos que facilita el psicólogo, se trata de que los padres se conviertan en una especie de expertos en psicología y que actúen de coterapeutas junto al psicólogo. Igualmente en algunos casos en preciso la coordinación entre el psicólogo y el colegio para trabajar en la misma dirección, en estos casos el psicólogo se pondrá en contacto con el centro de estudios del menor para facilitar la coordinación necesaria.
Por último, la intervención con el menor consiste en enseñar al niño diversas técnicas y herramientas ajustándolas a la problemática del niño y a la edad del mismo. Para ello suelen utilizarse materiales atractivo para los niños, cuentos, fichas de entrenamiento, juegos,etc debido a que la capacidad de simbolizar y aprender no se da como en los adultos a través del razonamiento y el lenguaje sino que tiene un desarrollo psicológico menor y se necesita de este tipo de material para que el niño comprenda lo que se pretende enseñar.
ADOLESCENTES:
La intervención psicológica en la adolescencia tiene una serie de características que la diferencian tanto de la que hacemos con niños/as y como de la que desarrollamos con adultos.
Por una parte, no es lo mismo trabajar con niños de 12 años que con jóvenes de 17. Los más pequeños presentarán muchos síntomas infantiles, mientras que en los mayores, esos síntomas serán más similares a los de los adultos. A medida que la edad aumenta, es necesario tener en cuenta la forma en que se manifiestan los diferentes problemas psicológicos ya que la edad también afecta al tratamiento y habrá que utilizar las técnicas más adecuadas en función de la edad del adolescente.
No obstante, el proceso de intervención sigue en líneas generales un desarrollo parecido a la intervención infantil debido a la importancia de los padres en la intervención. Asi, la primera sesión se realiza con los padres con el objetivo de que expongan el motivo de consulta y que el psicólogo pueda recabar datos sobre el mismo. Igualmente, después se realiza una entrevista con el adolescente y si es preciso una valoración psicológica que ayude a concretar los problemas y dificultades del mismo, la cual puede durar varias sesiones debido a que las evaluaciones conlleva la aplicación de diversas pruebas que por una parte requieren de un determinado tiempo y por otra hay que tener precaución en no aplicarlas de forma masiva para que los resultados no sean alterados por cansancio o fatiga. Una vez realizada la evaluación y las entrevistas se fijan los objetivos y el plan de intervención.
Un aspecto importante en la intervención con adolescentes es que cuando se incorpora al tratamiento, lo primero que conviene definir es su percepción del problema, ya que en la mayoría de los casos los adolescentes no vienen por deseos propios y es fácil que estén convencidos de que su actitud y su comportamiento son perfectamente “normales” y que los conflictos se deben a la incomprensión por parte de sus padres. Ya sea por un problema emocional, de comportamiento u otro tipo, es muy importante que el adolescente sienta que el profesional de la psicología tiene un deseo genuino de ayudar no sólo a sus padres, sino a él o ella.
La forma de trabajo depende en gran medida de la edad del menor pero en general suelen utilizarse tanto actividades lúdicas como con los niños más pequeños así como el uso de conversaciones como con los adultos ya que los adolescentes tienen mayor control del lenguaje y mayor capacidad de razonamiento. En la intervención, dependiendo del problema, los padres pueden tener mayor o menor grado de participación pero siempre formaran parte importante del tratamiento y se intercalaran sesiones con los mismos.
Al final, la intervención consiste algunas veces en trabajar aspectos personales del adolescentes y otras en encajar las demandas de los adultos con las de los menores, buscando mejorar el funcionamiento no sólo de cada uno de manera individual sino de la familia como sistema integrado.
ADULTOS:
La terapia psicológica es un proceso de comunicación entre un psicólogo y su paciente, que se da con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o emociones.
El comienzo de la psicoterapia es de suma importancia porque en él se establecen las bases de la relación entre el paciente y el terapeuta. Cada escuela de psicoterapia e incluso cada psicoterapeuta tiene su propia forma de ver el proceso pero lo que es fundamental en una psicoterapia es que el terapeuta se adapte a las necesidades del paciente y que el paciente pueda establecer una relación basada en la seguridad y confianza hacia el terapeuta.En mi caso, en la intervención con adultos trabajo desde una perspectiva integradora donde se cree que a pesar de que la psicología es una ciencia y existen diferentes modelos teóricos bien asentados no existe un único marco teórico valido para todas las personas y problemas. Así, el objetivo de la terapia viene dado por el problema del paciente más que por el marco teórico concreto.
La intervención se realiza en varias fases:
Primero se realizan una entrevista para que el paciente explique su problema y el psicólogo pueda formarse una idea clara del mismo. En algunos casos puede requerirse la aplicación de algunas pruebas o cuestionarios con el objetivo de analizar, entender y evaluar los procesos que afectan a cada problemática lo que llevara algunas sesiones más. Una vez trascurridas estas sesiones se trata de orientar a la persona en su problemática ofreciendo la visión del psicólogo sobre el problema según la información proporcionada y se acuerdan horarios, duración y en líneas generales el plan de intervención.
Una vez trascurridas estas fases se comienza con la intervención. Como ya se ha dicho, se trabaja de forma individual atendiendo a las peculiaridades de cada caso y aplicando aquellos recursos que se consideran oportunos y útiles. En ocasiones la terapia consiste en enseñar una serie de técnicas y estrategias psicológicas, para que el paciente pueda manejar mejor sus emociones y así, resolver sus problemas, en otras no se aplicaran técnicas tan concretas y se hará mayor uso de un análisis personal. Cada plan de tratamiento es único, adaptado a las necesidades y recursos de cada persona. El objetivo es lograr los cambios que nos hemos marcado y resolver los problemas que generan malestar.
Es importante señalar que la intervención psicológica es un proceso de acompañamiento, basado en la relación que se establece entre la persona que solicita la terapia y el profesional que le acompaña en la misma, de forma que ambos, terapeuta y paciente, forman un equipo dirigido a mejorar la problemática o conflicto presente asi como la calidad de vida del paciente a través de un cambio en su conducta, afectos, pensamientos o formas de interacción interpersonal. Por tanto, el tratamiento psicológico requiere un trabajo conjunto y coordinado entre el psicólogo y la persona que demanda ayuda En este sentido, el profesional puede señalar cuáles son los comportamientos y pautas que el cliente debería aplicar para solucionar su problema, además puede facilitar las condiciones para que dichos comportamientos se realicen, pero finalmente es el paciente quien debe ponerlos en práctica.
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